martes, 12 de agosto de 2014

Arequipa

De Ica volvemos a Arequipa, pasamos por el mismo ritual de viajes de siempre, mirar el mas barato, regatear, esperar en la terminal mas de la cuenta, salimos tarde, aguantar las 5481 horas de viaje con películas malísimas y\o vendedores de cualquier cosa.

En Arequipa nos alojamos en un hostal muy bonito. El Santa Catalina, a tres cuadras de la plaza de armas. Nos dan habitación triple por 20 soles cada uno, bastante bien para lo que hemos visto por ahí. 

Salimos a regatear, comprar algún regalito, comer algo, e intentamos conseguir la visita al cañón del colca baratito... Misión imposible... Así que desistimos. 

En el albergue conocemos a Alberto, (el hombre que se llevaba las playeras a arreglar) un personaje... Un poco pesado porque se tomaba unas confianzas que no proceden, pero bueno. Se ve que se siente solo y quiere compañía y hablar con alguien. Nos canto en Quechua, bailoteó un poco... Y nos escapamos muy educadamente alegando que vamos a cenar (que por otra parte era 100% cierto). Cenamos en un sitio bastante turístico...
Arequipa es puramente turística y bastante cara. Pedimos unas pizzas personales (personal=porción para niño de 5 años), como me quede con hambre me pedí un postre de helado! Rico rico!  Eso si, la camarera tenia problemas de memoria, no retenía... Lo menos tres veces le pedimos un poquito de sal... 

La mañana del Domingo Ana nos abandona (se acaban sus vacaciones), con lo que Bego y yo decidimos contratar lo del rafting (que os lo conté la entrada pasada) y el típico tour en bus con paradas por la ciudad. Esto ultimo totalmente prescindible, entre que los bobos de nosotros nos pusimos en los asientos de delante donde mas pegaba Lorenzo, que la visita es un txambonada mal hecha, y la guia era incapaz de argumentar absolutamente nada de la historia que tenía que transmitir al turista... Vamos... Un desastre. Eso si! Lo mas divertido del tour de 4 horitas, fue el magnífico momento en el que una llama le escupió en toda la cara a una de las chicas que viajaba en nuestro bus! Bravo!eternamente agradecidos a esa llama por mínimamente reflotar la visita.


Y en este punto llegamos a la parte del rafting y la visita de Doña Diarrea que ya adelante en la entrada anterior. 


Así que viendo que no teníamos fiebre, que yo no me iba de baretillas tan gratuitamente y que Bego había conseguido ponerse de pie sin marearse, nos bajamos a la terminal a por nuestro pasaje a Ilo (no sin antes comer un platito de arroz blanco, yo preferí comerme dos bolsas de patatas lays tradicional, yo vivo al limite señores!)

No hay comentarios:

Publicar un comentario